Poco a poco, se han ido conquistando mejoras en lo que respecta a nuestra jornada laboral y salario. Es cierto que seguimos por detrás de otros países de nuestro entorno, pero el avance en los últimos años ha sido significativo. El salario mínimo por fin se ha puesto en torno a los 1.000 euros y, además, hay aspectos que permiten regular la jornada laboral sin que exista la obligatoriedad de asumir horas extra sin que estas se cobren. Desde luego, esa situación ha sido demasiado habitual en un país como el nuestro y era hora de que acabara.
Por suerte, ahora todos fichamos en el trabajo. Llevamos más de un par de años haciéndolo porque la norma que lo regula entró en vigor antes de la pandemia. Y lo cierto es que está funcionando a las mil maravillas. Ahora todo queda registrado, aunque nos falta rematar la ley indicando que el fichaje con papel y boli, que sigue siendo habitual en algunos negocios, es ilegal. Todavía falta un poco para eso, pero imaginamos que más bien pronto que tarde habrá una modificación de la norma y el papel y boli dejará de ser válido.
Una noticia publicada en la página web de La Verdad indicaba que el fichaje en el trabajo empezaba a ser obligatorio y que había otros tres cambios en la reforma laboral del Gobierno. Esas tres cambios son los siguientes:
- Le daba plenos poderes al convenio colectivo para establecer el método con el que se iba a llevar un control de las jornadas de trabajo.
- El trabajador tendría derecho a saber cuál era su liquidación de horas exactas trabajadas.
- Los representantes sindicales recibirían cada mes los datos con las horas extras que realizaría cada uno de sus empleados. De ese modo, también se tiene un control del gasto empresarial en esta materia.
Según una noticia que fue publicada en El País, con la entrada en vigor del fichaje obligatorio las horas extra pagadas descendieron en un 19%. Sin embargo, el dato de más valor es uno que queda oculto a las autoridades y los periodistas, el dato que revele cuántas horas extra sin pagar han dejado de hacer los trabajadores españoles. Seguro que hay gente que las sigue haciendo al margen de la ley, sin que se las remuneren, pero seguro que el número de personas sujetas a eso y la cantidad de horas que hacen de más ha disminuido de un modo considerable.
Una de las cuestiones que más ha cambiado la realidad laboral de los trabajadores y trabajadoras en España han tenido que ver con la llegada del fichaje. Existe de este modo un mayor control sobre los horarios en los que desempeñamos nuestra jornada laboral y no cabe duda de que eso ha supuesto un salto hacia delante en la calidad de vida de los empleados y empleadas, pero también una mejora en la organización empresarial y en la manera de asegurarse de que todo el mundo trabaja exactamente las horas que debe cada año. Los profesionales de Track People nos han indicado que la mayoría de empresas ha asumido de buen grado la presencia de un software destinado al control horario en sus establecimientos y oficinas.
No cabe la menor duda de que hay que poner toda la carne en el asador a la hora de hacer posible que todas las empresas apuesten por un software para una labor como esta. El papel y boli para estas cuestiones son cosas del siglo pasado y, como antes os hemos apuntado, estamos convencidos de que van a terminar siendo prohibidos. Es una cuestión de tiempo que así sea.
Se ha promovido la eficiencia gracias a esto
Estamos en un momento en el que la eficiencia es clave en lo que respecta a la competitividad de las empresas. Hay un montón de empresas que se dedican a lo mismo y, por lo general, la que es más productiva tiene la capacidad de ofrecer unos precios mucho más competitivos que las demás. Teniendo en cuenta que todos vamos a buscar algo que se ajuste a nuestras pretensiones económicas, este factor es diferencial y hay que cuidar de él sobre todas las cosas.
Esa eficiencia de la que hablamos ha crecido en España gracias a un aspecto como el control horario. Cuando sabemos a ciencia cierta que tenemos que cumplir con un horario cerrado, trabajamos de una manera mucho más concienzuda. Y eso contribuye a que no solo las cosas salgan hacia delante más rápido, sino que también salgan mejor. Y ese es uno de los propósitos que deben perseguir todas las entidades con ánimo de lucro, con independencia de los proyectos que tengan entre manos y el sector al que se dediquen.