Cuando empecé mi pequeña empresa de servicios editoriales, no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Tenía muchas ganas, eso sí. Sabía corregir textos, mejorar redacciones, dar forma a ideas de otros, hacer maquetaciones, ilustraciones… pero no sabía cómo conseguir clientes, porque nunca me había hecho falta. Así que me sentaba frente al ordenador y pensaba: «¿Y ahora qué hago?»
Un día, tras semanas sin que sonara el teléfono, me di cuenta de algo obvio: si nadie sabía que yo existía, ¿cómo iban a contratarme? Me puse a investigar sobre publicidad, aunque fuera con miedo a equivocarme.
Lo que descubrí me salvó el negocio.
La publicidad es clave para que te conozcan
Por muy buena que seas en lo que haces, si no lo dices en voz alta, nadie lo sabrá. La publicidad no es solo para las grandes marcas, es también para ti, que estás empezando, que trabajas desde casa, que cobras justito pero sueñas en grande.
Empecé con lo básico: decirle a la gente lo que hacía. Crear una imagen, una identidad… Luego vi que necesitaba ir más lejos. Si no me anunciaba, si no me mostraba, si no me metía en el mapa, nadie me iba a encontrar.
Tipos de publicidad: elegir según lo que puedas pagar
No todo vale para todos. Al principio, yo no tenía dinero para grandes cosas, pero había opciones. Lo importante es saber que hay distintos tipos de publicidad, y que todos pueden servirte.
Consulté con Publival, una empresa de personalización de prendas textiles, artículos publicitarios y venta de vestuario laboral y escolar en Valencia que también trabajan ciertos sectores de la publicidad, como los calendarios, los regalos de empresa o los folletos, y me dieron un consejo que no se me olvidará: “Cuando inviertas en publicidad, hazlo en algo que el cliente pueda usar y guardar. Así tu marca se queda presente más tiempo. Un calendario, un bolígrafo o una bolsa reutilizable con tu logo no se tiran fácilmente.”
Tenían razón. Yo había pensado en folletos o publicaciones, pero no en objetos que acompañen al cliente día a día. Desde entonces, incluí calendarios con mi logo y consejos de escritura, y funcionaron mejor de lo que imaginaba.
Publicidad digital
Esta fue la primera que usé. Es la más barata para empezar. Las redes sociales son una mina si sabes usarlas bien. Hice un perfil en Instagram y Facebook, conté qué ofrecía, mostré mi trabajo.
Luego descubrí que existían plataformas donde podías registrar tu empresa. Hay webs para profesionales, donde los clientes buscan servicios específicos. Me inscribí, completé mi perfil y empezó a llegar gente interesada. Sin esas plataformas, muchos ni siquiera habrían sabido que existo.
Publicidad impresa
Cuando tuve un poquito más de ingresos, me atrevió con los folletos. Hice unos flyers sencillos, claros, con mi logo, mis servicios y mi contacto. Los dejé en librerías, cafeterías, centros culturales. No sabes la cantidad de gente que aún se fija en lo que hay en el mostrador mientras espera su café.
También mandé imprimir pequeños calendarios con consejos de escritura y mi marca. Los regalé en talleres y ferias. Muchos me escribieron meses después porque tenían ese calendario frente a ellos todos los días.
Medios tradicionales
Sólo más adelante me atrevió a salir en la radio local. Me entrevistaron una vez, y eso trajo clientes. Luego pagué por un espacio publicitario cortito. No fue caro. Y funcionó. La radio y la televisión local pueden ayudarte más de lo que imaginas.
Si no te haces ver, nadie sabrá que existes
Hay muchas personas buenas en lo suyo, pero nadie las conoce porque están escondidas. La publicidad es una forma de decir «estoy aquí, esto es lo que hago, esto es lo que ofrezco». Si no te haces ver, no existes.
Cuando empecé a hacer publicidad, aunque fuera sencilla, las cosas empezaron a cambiar. Me contactaban personas que no conocía. Me llegaban correos de gente que había visto una publicación o había oído de mí.
La publicidad es una inversión, no un gasto
Al principio, me dolía pagar por imprimir flyers o por una campaña pequeña en redes. Me parecía tirar el dinero. Pero luego lo entendí que, si haces buena publicidad, ese dinero vuelve.
No hay garantía de que cada euro invertido te traiga diez más, pero si no inviertes nada, no esperes que lleguen por arte de magia. Me propuse cada mes separar un poquito del dinero para publicidad. Aunque fuera poco, cada acción sumaba.
Contratar a expertos también es una opción
Un día conocí a una chica que diseñaba contenido para redes. Me cayó bien, entendía mi estilo y le encargué unas plantillas. Fue de las mejores decisiones que tomé.
También trabajé con una diseñadora para los calendarios. Yo no sabía ni por dónde empezar, pero ella hizo magia y los resultados se notaron. A veces pensamos que tenemos que hacerlo todo solas, pero no.
Delegar, cuando se puede, es avanzar.
Ideas que me funcionaron (y puedes probar)
Quiero compartirte algunas cosas concretas que hice y que me ayudaron a conseguir más clientes:
- Publicaciones claras en redes: En vez de solo mostrar lo que hacía, empezé a explicar cómo podía ayudar. Hablaba de errores comunes al escribir, daba tips rápidos y prácticos, contaba casos de éxito. Eso conectó mucho más.
- Concursos pequeños: Una vez sorteé una corrección gratuita. Pocos participaron, pero me sirvió para que se compartiera mi perfil. La ganadora quedó encantada, y me recomendó a tres personas. A veces algo simple da buenos resultado.
- Crear materiales impresos que se usen: Como los calendarios o losd marcapáginas. No solo son bonitos, sino útiles, y cada vez que alguien los usa ve tu nombre. Es una forma de estar presente sin ser invasiva.
- Aparecer en espacios locales: Pedir una entrevista en una radio local, participar en un evento, dejar folletos en negocios amigos. No hay que subestimar el poder de lo cercano.
- No hace falta tener miles para empezar: Con un poco se puede hacer mucho. Una hoja bien diseñada puede ser mejor que cien mal impresas. Una publicación bien pensada puede tener más impacto que gastar en anuncios grandes que no llegan a tu público.
Yo empecé con cero presupuesto. Luego con veinte euros al mes. Hoy puedo invertir un poco más, pero siempre mido lo que hago, y casi todo lo que invierto vuelve. A veces en clientes directos. A veces en reputación. Pero siempre suma.
Aprendí que mostrarse no es molestia, es necesidad
Tenía miedo de parecer pesada, de insistir demasiado, pero entendí que mostrar lo que haces no es molestar. Es ofrecer algo valioso. Si no te muestras, la gente no sabe que puedes ayudarla.
Mostrarte no es gritar, es hablar con claridad y tener una imagen coherente, dar confianza. Todo eso lo logra la publicidad cuando está bien hecha.
La constancia también es parte de la publicidad
No sirve publicar una vez y desaparecer. No sirve repartir flyers una sola vez y esperar milagros. La publicidad es como una planta: necesita riego constante. No todos los que te ven hoy te escribirán mañana, pero si te recuerdan, te buscarán cuando lo necesiten.
Yo publiqué durante meses antes de ver resultados claros, pero llegaron y siguen llegando. Porque no paré.
El boca a boca también es publicidad
Si haces un buen trabajo, la gente te recomienda, pero esa recomendación se multiplica si mantienes tu presencia. Una clienta me recomienda, y su contacto entra a mi perfil. Si ve un perfil activo, profesional, bien presentado, confiará. Si no ve nada, tal vez pase de largo.
El boca a boca funciona mejor cuando estás presente, cuando la gente puede encontrarte y ver lo que haces.
Preguntas frecuentes que muchas personas se hacen sobre publicidad
- ¿De verdad necesito hacer publicidad si ya tengo redes sociales?: Sí. Tener redes no es lo mismo que hacer publicidad. Publicar de vez en cuando no basta, la publicidad implica planear lo que vas a decir, a quién se lo vas a decir y cómo lo vas a mostrar para atraer más clientes.
- ¿Cuánto debo invertir al principio?: Lo que puedas, no hace falta empezar con mucho. Incluso con 10 o 20 euros al mes puedes hacer una campañita en redes o mandar a imprimir algunos folletos. Lo importante es ser constante y medir lo que funciona.
- ¿Y si no tengo idea de diseñar?: No pasa nada, puedes usar herramientas gratuitas con plantillas (como Canva), o pagar a alguien que te ayude un poco al principio. Invertir en una imagen clara y profesional da resultados. Y si no puedes pagar, busca mantenerlo simple pero ordenado.
- ¿La publicidad digital es mejor que la impresa?: No es que una sea mejor que la otrason distintas. La digital llega rápido a más gente, pero lo impreso sigue teniendo fuerza, sobre todo en negocios locales. Lo ideal es combinar ambas según lo que puedas hacer.
- ¿Cuánto tiempo tarda en dar resultados?: A veces, semanas. A veces, meses. Pero si lo haces bien, con constancia, los resultados llegan. Lo importante es no rendirse al tercer intento.
- ¿Y si me da vergüenza mostrarme?: A mí también me pasaba, pero entendí que nadie puede contratarte si no sabe que existes. Mostrar lo que haces no es presumir, es permitir que otros te encuentren.
Mostrarte es una forma de cuidar tu negocio
Lo importante es empezar. Probar. Medir. Mejorar. No hay fórmulas mágicas, pero hay caminos que dan resultado.
Yo empecé sabiendo nada. Ahora tengo clientes constantes, recomendaciones, una red que crece. Todo gracias a mostrarme, a invertir aunque fuera poco, a no tener miedo de decir: «Esto es lo que hago, esto es lo que valgo».
Y si yo pude, tú también puedes.