Hoy en día se está normalizando cada vez más la necesidad que tienen las personas de prestar atención y cuidar su salud mental, tanto como la hace con su salud física. Por eso, cada vez son más las personas que acuden a terapia para tratar variedad de problemas, desde episodios de ansiedad o depresión, hasta afecciones en el autoestima, por mencionar algunos.
Igualmente, se puede necesitar de ir a terapia a cualquier edad, un niño en la edad escolar podría necesitar de un especialista para ayudarle en su desarrollo académico o atender algún problema en el entorno familiar; un adolescente podría necesitar apoyo para lidiar con el bullying, los adultos por supuesto necesitan alguien que les de las herramientas para lidiar con la ansiedad y el estrés, e incluso, en la edad adulta se puede necesitar de una voz amiga y profesional para ayudar a alejar la depresión y los sentimientos de incapacidad y soledad.
Así, esto especialistas ayudan a aliviar los síntomas que producen sufrimiento a la persona que acude a consulta a través de un cambio psicológico, el cual al final vendrá dado por la persona en si isma, en su pensamiento y conducta.
En este artículo nos centraremos en los problemas de estrés, cansancio inexplicable y “desgana” ante la vida, depresión, miedo al futuro o ante el diagnóstico de una enfermedad que podría experimentar una persona mayor y que deberían ser tartados por un terapeuta.. Recordemos que en esta etapa se lidian con cientos de situaciones como el cese de la actividad laboral, la marcha del hogar de los hijos ya mayores o la pérdida de facultades, y que pueden hacer mella en el estado de animo y las ganas de vivir de cualquiera.
Sigue leyendo y descubre como la terapia podría ayudarle, cuando es necesario ir y como animar al adulto mayor a que acuda a por ayuda.
¿Cómo funciona la psicoterapia?
Como lo define la Federación Española de Asociaciones de Piscoterapeutas (@FEAPsicoterapia), “la psicoterapia es un tratamiento científico que, analizando distintas variables y manifestaciones concretas que producen malestar a una persona, aplica una determinada metodología para lograr cambios o modificaciones en el comportamiento que promueven la salud física y psíquica.”
Así, el psicólogo debe tener la formación que le capacite para reconocer las diferentes patologías que puedan llegar a su consulta y el método más eficiente para tratarlas. Igualmente, debe conocer los diferentes tipos de terapia que podrían aplicarse en cada caso, las cuales pueden ser:
- Terapia de orientación conductual: es la que se enfoca en observar las conductas que no le están haciendo bien a la persona, buscando cambiarlas.
- Terapia cognitiva: se enfoca más bien en los pensamientos, ideas o creencias que provocan las conductas negativas.
- Terapia cognitiva-conductual: una combinación de las anteriores.
- Terapia dinámica: está va un poco más allá intentando encontrar los aspectos inconscientes que podrían estar causando el sufrimiento.
- Terapia sistémica: analiza a la persona dentro de su contexto.
Así, el psicoterapeuta recurre a una de estas terapias, dependiendo de cual sea el caso, o a una variedad de ellas, hasta lograr la mejora deseada. No obstante, no solo es un trabajo del psicólogo.
La terapia debe verse como un trabajo en conjunto, en el que el paciente deposite su confianza en el terapeuta para permitirle ahondar en los problemas que le llevan a consulta y el compromiso de trabajar en las áreas que el especialista señale, ya que el al final, siempre será un trabajo mental e interno que solo nosotros podemos hacer.
En el caso del adulto mayor, la participación activa en al terapia es de lo más importante, ya que justamente lo que podría estarla llevando a ella es el sentimiento de incapacidad y de perdida de sus funciones cognitivas y físicas más básicas. Igualmente, que al tener una actitud activa hacia el proceso de recuperación es el que ayudará a lidiar con los principales problemas de adaptación, que son el del declive físico y aquellos asociados al entorno social.
El propósito del terapeuta, en estos casos, de seguro será poder establecer objetivos y metas en las que, a pesar de las limitaciones del paciente, se logre sobreponerse al deterioro físico y cognitivo. Esto, tomando en cuenta, que en la vejez los recursos que tiene una persona para lidiar con los problemas de la vida es la fortaleza y la forma que tengan para lidiar ante las pérdidas, ya que es una etapa de la vida en la que la persona va a tener que ir renunciando cada vez más a mayor número de cosas.
Así, el foco de la terapia estará en las herramientas de afrontamiento que se le puedan dar al paciente, ya que estas son las que le permitirán lograr la estabilidad que necesita para adaptarse a los cambios de la edad.
Por otra parte, el terapeuta intervendrá en los siguientes cuatro dominios:
- El estilo de vida y el funcionamiento físico
- La mejora del funcionamiento cognitivo
- El mantenimiento del nivel de funcionamiento afectivo y de afrontamiento
- El interés en el funcionamiento social y participativo.
Por lo tanto, entre los tratamientos más aplicados estarán una rutina diaria en donde reine el deporte, las actividades culturales, sociales y de ocio, de forma que la persona de edad avanzada pueda comenzar a experimentar cambios positivos en su calidad de vida.
¿Cuándo acudir a un psicoterapeuta?
En algunas ocasiones, será el mismo médico especialista del adulto mayor el que le sugerirá buscar ayuda psicológica profesional al notar algunos signos de depresión, fatiga u otros. Pero, muchas veces puede ser el entorno familiar del adulto mayor o la misma persona la que siente el deseo de buscar terapia.
Igualmente, las situaciones que pueden detonar esta necesidad son muchas: encontrar la causa psicológica que desencadena trastornos alimenticios; tratar alteraciones del sueño; intentar modificar, mediante técnicas de terapia cognitiva, los pensamientos que provocan patologías como el trastorno obsesivo compulsivo o la ansiedad, etc…
Es difícil, la verdad, enumerarlos todos, ya que estos varían tanto como la persona que los necesita la terapia y se puede tratar, incluso, de un trastorno que lleva padeciendo desde hace muchos años, acompañándolo en gran parte de su vida, pero que ahora con la llegada de la tercera edad se ha intensificado más; o quizá una nueva patología propia del envejecimiento. Muchas veces pueden tratarse de problemas psicológicos crónicos, otras veces de problemas externos puntuales, como la pérdida de un ser querido, la separación tardía de la pareja, una mala relación familiar o un periodo de dificultades económicas.
Igualmente, el Dr. José A. Hernández Hernández, especialista en terapia para el adulto mayor, nos presenta un lista de algunas de las cusas más comunes por las que las personas de la tercera edad deciden ir a terapia:
- Declive intelectual
- Olvidos
- Sentimientos de soledad y poca interacción social
- Letargo físico
- Movilidad reducida
- Insomnio
- Fatiga
- Depresión
- Aburrimiento
- La aparición de nuevas enfermedades, como artritis, reumas, y otras, propias de la edad
¿Cómo puede ayudar la psicoterapia?
Lo primero que hay que tener en mente al asistir a terapia es que no es milagrosa. Esta irá dando resultados poco a poco y solo si el paciente pone de su parte y va aplicando las herramientas que le proporciona el especialista, con una actitud enfocada a la mejora y en un trabajo en conjunto, como un equipo con el objetivo de la estabilidad mental.
El paciente de seguro tendrá deberes que hacer en casa como apuntar cuándo aparecen determinados pensamientos negativos o aquellas situaciones concretas que te provocan ansiedad. También puede pedirte que intentes actuar de una manera determinada en momentos concretos.
El objetivo será ayudar a la persona a cambiar las conductas y los pensamientos que detonan los episodios de sufrimiento o depresión, hasta que logre darle un vuelco completo a su vida, muchas veces, incluso, modificando rutinas que podrían estar generando este dolor, cambiándolas por otras más sanas y beneficiosas a nivel físico y emocional para la persona.
¿Cómo motivar al adulto mayor a ir a terapia?
Si tienes a un adulto mayor en tu entorno familiar o social que creas que puede estar necesitando de la ayuda de un terapeuta, pero la persona se niega a acudir a ayuda, el Dr. José A. Hernández Hernández nos comparte algunas de las cosas que podemos hacer para darle un pequeño empujón:
- Hay que hacerle ver que ir al psicólogo es lo mismo que cuando va al dentista o al fisioterapeuta, y que es igual de importante hacerlo, en pro de que se rompa ese tabú que existe en cuanto a la ayuda mental.
- Ofrécete a acompañarle a la primera cita, para dar confianza, seguridad y tranquilidad en ese primer paso.
- Conéctalo con otras personas de su edad que hayan ido al psicólogo para que le comparta su experiencia.
- Si la persona necesita ir al psicólogo por el padecimiento de una enfermedad, puede ser buena idea buscar grupos de apoyo en materia que le sirvan de base de comparación y de fuente de ayuda moral y emocional.