Lo primero que viene a nuestra mente cuando hablamos de salud dental, es la imagen de una dentadura alineada de dientes blancos y brillantes. Evidentemente, esta imagen, es sinónimo de una buena salud bucodental, aunque en ocasiones, no es así del todo. La salud bucodental, va más allá de la evidencia estética. No se trata de tener unos dientes blancos como la cal. Se trata de que ese blanco perdure y no sea fruto de un tratamiento puntual. Los cuidados de la boca deben realizarse indistintamente de si se hace algún tratamiento de estética como si no.
Para hablar de salud bucodental, hay que tener presente que la misma involucra una serie de aspectos. Dentro de los cuales, se incluyen la capacidad de morder, masticas, sonreír, hablar y comunicar. A su vez, trasmitir emociones mediante las expresiones faciales, es algo que deber poder realizarse sin sentir dolor o incomodidad, señales de enfermedad. Cualquier problema que afecte a la salud de la boca, debemos saber, repercute en el bienestar psicosocial de la persona.
En consecuencia, podemos decir, como nos aseguran los profesionales de la odontología de la Clínica Dental Arriaga que, la salud bucodental constituye una parte muy, pero que muy importante, de la salud en general. Una boca, dientes y encías sanas, son sinónimo de una vida saludable. Para lograr esa buena salud bucodental, resulta indispensable tener una serie de hábitos y seguir una rutina de higiene desde la infancia, así como acudir al odontólogo de forma regular. Algo que todos sabemos de sobra aunque no lo sigamos a rajatabla. De hecho, muy pocos se hacen chequeos anuales de salud general, por lo que hacerlos en cuestiones bucodentales, queda todavía más alejado de la práctica habitual general. Si bien es cierto que no debería ser así.
Salud bucal o bucodental
Cuidar de la salud oral no consiste en prevenir la caries y ya. Se trata de un aspecto clave a la hora de proteger al organismo de otro tipo de enfermedades y asegurar el bienestar general. Siendo la salud bucodental la que deriva del bienestar de los dientes, las encías y el conjunto de toda la boca. Esto implica mantener toda la cavidad oral libre de problemas como puede ser la caries, la gingivitis o la periodontitis, entre otras afecciones, con la finalidad de poder comer, sonreír y expresar emociones sin dificultades.
Según un reporte emitido por la Organización Mundial de la Salud, la caries y otras enfermedades que afectan a la encía, son algunos de los problemas de salud más comunes en todo el mundo. Lo que se traduce en una cifra nada desdeñable de casi tres mil quinientos millones de personas afectadas por una enfermedad bucodental, durante toda la vida.
Dentro de las principales causas de las afecciones, los factores de riesgo suelen ser la mala higiene bucal, el consumo excesivo de azúcar, el tabaquismo y el alcohol. En países como México, se estima que un noventa por cien de la población padece caries dental, en tanto que un setenta, sufre algún tipo de dolencia bucal.
No podemos hablar de salud bucal sin hablar de como esta, afecta a la salud general. Existe un vínculo entre la salud de la nuestra boca y la del organismo, por lo que debemos eliminar de nuestra mente, la idea de que la boca solo es esencial para hablar, comer y sonreír. Por el contrario, la boca, ejerce como puerta de entrada al resto del organismo y no solo de los alimentos. El cuidado de los dientes y la salud de la boca en general, hacen que la cavidad oral ejerza como escudo protector y funcione a modo preventivo. De manera que evita correr el riesgo de padecer enfermedades, a consecuencia de las bacterias presentes en la boca y el tracto gastrointestinal, caries y enfermedad de las encías. Razones por la que mantener una buena salud bucodental durante toda la vida, es una inversión en el bienestar y la salud general.
Algunas de las enfermedades que origina una mala salud bucal son de sobra conocidas, aunque no está de más recordarlas:
- Caries dental que se produce cuando la placa bacteriana se acumula en la superficie de los dientes y debilita el esmalte.
- La conocida inflamación de las encías que se manifiesta con enrojecimiento, sangrado y mal aliento.
- Fase avanzada de la gingivitis, cuando la inflamación se hace crónica.
- Una enfermedad gangrenosa severa que afecta a la boca y la cara y deriva de la gingivitis.
- Cáncer de boca. No siempre relacionado directamente con la higiene bucal pero que puede verse potenciado por infecciones crónicas y lesiones en la mucosa.
Si bien estas son las afecciones bucales más habituales, la manera en la que pueden influir en la salud general, puede verse reflejada en enfermedades como las siguientes:
- Enfermedades cardiovasculares en las que las inflamaciones bucales se encuentran vinculadas.
- Complicaciones en el embarazo, a consecuencia de enfermedades periodontales que aumenta el riesgo de parto prematuro y bajo peso del bebé.
- Diabetes, ya que las infecciones bucales hacen más difícil el control de los niveles de azúcar en la sangre.
- Infecciones respiratorias a consecuencia de las bacterias de la boca que pueden propagarse hacia los pulmones, causando enfermedades respiratorias.
- Artritis reumatoide agravada por las infecciones bucales.
- Osteoporosis que afecta a la densidad ósea, pudiendo implicar a la mandíbula.
Tips para cuidar de la salud oral
Como venimos diciendo a lo largo de este artículo, cuidar de la salud bucal, es cuidar del bienestar general. Lo mejor de todo es que la mayoría de las enfermedades y afecciones citadas y las que no hemos mencionado, son fácilmente prevenibles. Basta, salvo contadas excepciones, mantener una buena higiene bucodental para evitar sufrir dolencias en la cavidad oral y sus consecuencias.
Lo primero que debemos tener en cuenta y llevar a la práctica, es tener una dieta variada y bien balanceada. Evitar la ingesta de alimentos ricos en azúcar refinado, aumentar la de alimentos saludables como la fruta y vegetales frescos, es fundamental para prevenir las enfermedades periodontales.
Por otro lado, reducir o evitar el consumo de tabaco y alcohol, debido al que el primero de ellos, facilita la inflamación de los tejidos que forman la boca. El segundo, favorece la aparición de caries, ya que el alcohol es un azúcar y su consumo, aporta una cantidad excesiva.
A la hora de cepillarse los dientes, realizar un cepillado adecuado. Cepillar los dientes después de cada una de las comidas, sería lo ideal. Como a veces no es posible, al menos cepillar dos veces al día, siendo el cepillado nocturno el más profundo, con la idea de ayudar a remover la placa bacteriana. Optar por un cepillo de cerdas suaves y una buena pasta de dientes, así como utilizar el enjuague bucal, es la mejor manera de eliminar bacterias y restos de comida.
Limpiar los espacios interdentales es una de las claves para prevenir caries y enfermedad de las encías. Este aspecto se suele pasar por alto, por lo que conviene ayudarse de un cepillo interdental. El hilo dental, es otro de los aliados de la salud oral y la limpieza bucal. Para que su uso sea efectivo, hay que pasar el hilo suavemente alrededor de cada pieza dental.
El citado enjuague bucal es el complemento ideal para completar la higiene oral diaria. Ayuda a reducir la placa bacteriana, controlar el mal aliento y prevenir la caries, aliviar la irritación, etc.
Importante reemplazar el cepillo cada tres meses. Esto que parece incitar al consumismo tiene su explicación: a medida que utilizamos el cepillo dental, las cerdas que lo componen, se van desgastando, lo que hace que pierdan eficiencia. Este desgaste, unido a la humedad que el cepillo retiene, puede favorecer la proliferación de bacterias, por lo que se aconseja realizar el cambio cada tres meses.
Por supuesto, no hay que olvidarse de las revisiones periódicas con el dentista. Una visita cada seis meses, puede marcar la diferencia. La detección temprana de cualquier problema en la cavidad oral, se trate de una caries o enfermedad de las encías, puede evitar males mayores.
Aunque mantener una buena higiene bucal en casa es la base de una buena salud oral, las visitas al odontólogo y las limpiezas profesionales, son una de las medidas preventivas más efectivas. Una buena higiene no exime del riesgo al cien por cien, por lo que un profesional, es la persona indicada para certificar que nuestra boca, goza de un excelente estado de salud. Lo que señala que nuestro organismo general, no sufre las consecuencias derivadas de los problemas bucales.
Antes de concluir, señalar que en algunos casos, puede darse la circunstancia contraria. Es decir, a consecuencia de un problema de salud general o de alguna otra parte del organismo, la cavidad oral, puede verse afectada. Razón de más para acudir al dentista de forma regular, cuando se padece alguna afección crónica que pueda implicar a nuestros dientes o encías. Es el caso de las enfermedades autoinmunes que implican a todo el organismo en mayor o menor medida, por citar un ejemplo
En resumidas cuentas, salvo casos puntuales, la base de la salud bucodental, reside en la prevención y una buena higiene bucal.