Las saunas pueden ser buenas aliadas de la salud

Sauna
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Seguro que tienes una idea muy específica de las saunas, esos espacios llenos de vapor que hay en los spas, donde mucha gente va allí a sudar la gota gorda. Pero, ¿sabes para qué sirven o cómo funcionan? ¿Quieres saber si podrías tener una en tu casa? Quédate conmigo y te lo cuento todo.

¿Cómo funciona una sauna?

Una sauna es un espacio diseñado para experimentar un baño de calor seco o húmedo. Funciona mediante la generación de calor que eleva la temperatura del aire y de los objetos que hay dentro de la sauna. Estos espacios utilizan diferentes métodos para generar calor. Estos son los más utilizados para conseguirlo:

-Estufas de piedras: Son estufas eléctricas o de leña que calientan piedras volcánicas o similares. El agua se vierte sobre estas piedras para producir vapor, aumentando la humedad y la sensación de calor.

-Infrarrojos: Algunas saunas utilizan paneles infrarrojos para calentar directamente el cuerpo sin calentar el aire de la habitación. Esto puede ser más suave y beneficioso para algunas personas, por eso se usan mucho para la recuperación de lesiones.

-Regulación de la temperatura y humedad: Los usuarios pueden ajustar la temperatura y la humedad dentro de la sauna según sus preferencias. Los termómetros y controles de humedad permiten mantener un ambiente confortable para los que estén allí.

-Circulación de aire: Prácticamente todas deben tener sistemas de ventilación para renovar el aire y mantener una calidad del aire adecuada.

-Material de Construcción: Las saunas suelen estar construidas con madera de abeto, cedro o hemlock, que son resistentes a la humedad y proporcionan un ambiente agradable y acogedor.

 

¿Qué beneficios tiene para la salud?

Como habrás podido oír a menudo, la sauna tiene varios beneficios para la salud, tanto físicos como mentales. Entre ellos:

-La mejora de la circulación sanguínea: El calor dilata los vasos sanguíneos, lo que mejora la circulación sanguínea y el flujo de oxígeno y nutrientes hacia los tejidos.

-La desintoxicación: A través del sudor, se eliminan toxinas y residuos del cuerpo, ayudando a limpiar la piel y los órganos internos.

-El alivio del estrés y la ansiedad: Promueve la liberación de endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», que ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

-La mejora de la salud de la piel: El calor y el sudor ayudan a abrir los poros y eliminar las impurezas de la piel, lo que puede mejorar su apariencia y salud general.

-El fortalecimiento del sistema inmunológico: La exposición al calor de la sauna puede estimular el sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones y enfermedades.

-El alivio de los síntomas respiratorios: La sauna puede ser beneficiosa para las personas con enfermedades respiratorias como el asma, aliviando los síntomas y mejorando la función pulmonar.

-La promoción de la recuperación muscular: Después de hacer ejercicio, la sauna puede ayudar a acelerar la recuperación muscular, reduciendo el dolor y la rigidez.

Pero, ¿son ciertas estas afirmaciones?

Lo cierto es que hay varios estudios que discuten entre ellos sobre si los beneficios de las saunas son tantos como dicen.

Lo que si sabemos con seguridad es que sienta de maravilla. En Finlandia, nada más y nada menos, la gente tiene tantas saunas como televisores tenemos aquí.

¿Hasta cuánto tiempo es saludable estar dentro?

Dependiendo de la sauna, es recomendable un máximo de minutos y, es que, llegan a alcanzar los 85 grados centígrados:

-En la sauna tradicional: En principiantes o personas no acostumbradas, se recomienda comenzar con sesiones más cortas de 10 a 15 minutos.

Los usuarios más experimentados pueden aumentar gradualmente la duración de la sesión hasta 20-30 minutos, pero no es aconsejable estar más tiempo.

-En la sauna de infrarrojos: Las sesiones pueden ser un poco más largas, generalmente entre 20 y 40 minutos.

Aunque siempre es importante que escuches a tu cuerpo y no te excedas en el tiempo, incluso en una sauna de infrarrojos.

¿Tiene contraindicaciones?

Sí, la sauna tiene algunas contraindicaciones y precauciones que deben tenerse en cuenta para garantizar una experiencia segura y saludable.

-Las personas con enfermedades cardíacas, hipertensión arterial o cualquier condición cardiovascular deben evitar la sauna o consultar a su médico antes de usarla. El calor de la sauna puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, como si estuvieses subiendo una montaña, lo que podría ser peligroso para quienes tienen problemas cardíacos.

-Las mujeres embarazadas deben evitar la sauna debido al riesgo de deshidratación, aumento de la temperatura corporal y posibles efectos adversos para el feto.

-Las personas con enfermedades respiratorias, como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), deben tener cuidado al usar la sauna, ya que el calor y la sequedad del aire pueden desencadenar crisis o empeorar los síntomas.

-Las personas con afecciones cutáneas como eczema, psoriasis o quemaduras no deben usar la sauna, ya que el calor y el sudor pueden irritar la piel y empeorar estas condiciones.

-Las personas que toman medicamentos anticoagulantes o tienen trastornos de la coagulación sanguínea deben evitar la sauna, ya que el calor puede aumentar el riesgo de sangrado.

-No se debe consumir alcohol o drogas antes o durante el uso de la sauna, ya que pueden aumentar el riesgo de deshidratación, mareos, desmayos o complicaciones graves.

-Las personas con dificultades para regular la temperatura corporal, como aquellos con enfermedades de la tiroides o deshidratación, deben ser cautelosos al usar la sauna para evitar la hipertermia o deshidratación.

-Esto no es una condición, sino una consecuencia a tener en cuenta, y es que el sudor excesivo que produce la sauna puede provocar una pérdida significativa de electrolitos, como sodio y potasio, lo que puede desencadenar desequilibrios electrolíticos y otros problemas de salud.

 

Aunque muchas personas las usen sin consultar, siempre es recomendable preguntar a tu médico antes de comenzar un régimen regular de saunas, especialmente si tienes condiciones médicas preexistentes o estás tomando medicación. Además, es esencial escuchar a tu cuerpo, que te mantengas bien hidratado y no te excedas en el tiempo de exposición al calor para que así evites cualquier riesgo o complicación.

 

No las uses si solo quieres adelgazar

A pesar de las creencias populares, las saunas no adelgazan. Lo único que hacen es acelerar el corazón, dilatar las venas y hacer que tu cuerpo libere toxinas mediante el sudor. Si tienes retención de líquidos y te ves algo más hinchado, si que podrás eliminar parte del exceso de líquido de tu cuerpo, pero nunca grasa.

¿Puedo montar una en mi casa o en mi jardín?

Por supuesto que sí, solo tendrás que contactar con una empresa que se dedique a la instalación y montaje de saunas y ellos se encargarán de todo. Busca una empresa de confianza que tenga un buen número de clientes o buena presencia en internet, como, por ejemplo, Saunas Luxe. Recuerda que para tener una sauna necesitarás invertir mucho dinero y debes asegurarte de que vas a contratar a buenos profesionales.

Ahora solo tendrás que informarte de su mantenimiento y de las medidas de seguridad y disfrutar de todos sus beneficios.

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