El acero galvanizado es un acero recubierto con varias capas de zinc, lo que protege a la aleación metálica de la oxidación y de los efectos adversos del entorno. Estamos hablando de un material versátil, reciclable y reutilizable que presenta una gran variedad de usos que van desde la industria pesada hasta la presencia en los electrodomésticos que usamos en casa.
La galvanización procede, originariamente, de los experimentos que realizó el médico y físico italiano Luigi Galvani durante la segunda mitad del siglo XVIII. Entre otras cosas, Galvani descubrió que mediante el empleo de campos electromagnéticos, los metales se podían superponer unos a otros, llegando a un nivel de adhesión más fuerte que con ningún otro método utilizado hasta el momento. Esto permitía alterar las propiedades del metal original.
El uso del acero fue decisivo para el desarrollo de la revolución industrial. Un material que permitía fabricar en serie turbinas de vapor, locomotoras de tren, barcos y estructuras metálicas para la construcción. Sin embargo, el acero tendía a oxidarse rápidamente con el contacto con el agua y el efecto del viento. Recubrir las piezas de acero con una capa de zinc, un material menos noble, pero que generaba un óxido estable, evitaba que el acero se oxidara al exponerse al oxígeno presente en el aire.
La galvanización, es decir, el empleo de la electroquímica para superponer un metal sobre otro, alcanzaba un nivel de cobertura superior al que se podría alcanzar con una mera imprimación. Este procedimiento se podía integrar en las plantas metalúrgicas, dejando las piezas de acero en condiciones adecuadas para poder ser utilizadas en otras ramas de la industria.
Lejos de ser un procedimiento del pasado, el acero galvanizado está presente en la economía y la vida actual. La A.T.E.G. (Asociación Técnica Española de Galvanización), una asociación sin ánimo de lucro que realiza labores de difusión, formación y asesoramiento a las empresas sobre el empleo del acero galvanizado, nos comentan que estos son algunos de sus usos principales:
Construcción.
El acero galvanizado se utiliza en vigas, columnas, armaduras para hormigón, marcos estructurales, etc. Es uno de los materiales más utilizados en la construcción moderna, sobre todo para exteriores. El acero tiene una gran resistencia, soporta bastante peso, y la galvanización asegura que el metal no se deteriore aunque se halle a la intemperie.
La web de la patronal C.E.O.E. subraya el carácter reciclable y reutilizable de este metal, lo cual lo convierte en uno de los materiales más sostenibles en la construcción. Una estructura de acero galvanizado se puede desmontar con relativa facilidad y volverse a montar. Lo que le profiere diferentes usos.
Una vez se considera que el acero galvanizado ha concluido su vida útil, el acero y el zinc se pueden fundir conjuntamente sin que pierdan sus propiedades. Con ello se pueden fabricar nuevas piezas para la construcción.
Esto pone en marcha todo un sistema de economía circular, en el que se pueden fabricar piezas de acero galvanizado una y otra vez sin fabricar acero nuevo y sin gastar los recursos del planeta.
Automoción.
Las carrocerías de los vehículos están fabricadas con acero galvanizado. La maleabilidad y resistencia de las planchas de acero armoniza el diseño del vehículo con sus necesidades de seguridad.
Cada parte del vehículo cumple una función. La caja metálica que conforma la carrocería es una de las más importantes. Garantiza la seguridad de los ocupantes del vehículo y protege el motor. La casa Mercedes siempre se ha considerado una de las marcas más seguras de automóviles. Esto se debe a la consistencia de su carrocería, fabricada fundamentalmente con acero inoxidable y acero galvanizado.
El acero galvanizado sigue siendo el material más utilizado en las carrocerías de turismos y vehículos industriales de gama media. Los que más utilizamos la gente. En los últimos años, se han incorporado materiales novedosos como la fibra de vidrio y el aluminio. Con ellos se aligera el peso y se gana en aerodinámica. Sin embargo, la resistencia a los impactos que ofrece el acero, no se ha podido superar con otros materiales.
Lógicamente, como sucede en toda la industria, hay calidades. Aunque estén fabricados igualmente con acero, no posee la misma resistencia el Mercedes EQE SUV, considerado por algunos expertos como una de las carrocerías más seguras de la actualidad, que el clásico SEAT Panda.
Fabricación de electrodomésticos.
La caja exterior de una amplia variedad de electrodomésticos está fabricada con acero galvanizado. Nos referimos a frigoríficos, lavadoras, lavavajillas, secadoras, arcones congeladores, cocinas, etc.
Como vemos, el acero galvanizado está más presente en nuestras vidas de lo que podemos imaginar a simple vista. La razón de que se utilice este metal y no otro se debe a su resistencia a la oxidación.
Las cocinas, lugares habituales en los que tenemos instalados estos electrodomésticos, son espacios propensos al derrame de líquidos. Un metal como el acero galvanizado asegura la durabilidad de las máquinas.
En los últimos años, por razones estéticas, se ha utilizado con más frecuencia el acero inoxidable. El brillo metálico de este metal lo hace especialmente atractivo a la vista, además de que ofrece una apariencia más higiénica. Sin embargo, los fabricantes de electrodomésticos no renuncian al acero galvanizado. En muchos casos es más económico de fabricar y ha demostrado con creces su resistencia a la oxidación, incluso instalando en espacios exteriores.
Mobiliario urbano.
Es frecuente que veamos acero galvanizado en bancos, barandillas, postes de la luz, farolas, señales de tráfico. Pero también en puentes y pasarelas, tanto para uso de peatones como de automóviles. Ofrecen una estructura robusta que soporta el desgaste diario del paso del tráfico, así como los efectos de las inclemencias meteorológicas.
Hay quien opina que el acero galvanizado no es el material más adecuado para el mobiliario urbano en zonas que tienen una alta humedad. Un artículo publicado en LinkedIn se dedica a desmitificar los climas de opinión negativos que se han vertido sobre el empleo del acero galvanizado en áreas costeras.
Se supone que el salobre del mar es especialmente dañino para el hierro y el acero. La alta humedad, unido a la presencia de sales en el agua y en el ambiente, hace que su efecto corrosivo sea más agresivo. Una buena elección en la calidad del acero, reforzado con el empleo de recubrimientos protectores, hace que los elementos urbanos resistan hasta en las condiciones más adversas.
La galvanización cubre de zinc la superficie de estos elementos, creando una barrera protectora que evita que la sal y el oxígeno penetren en el acero subyacente. Convirtiéndolo en una de las soluciones más efectivas en ambientes con una alta salinidad del aire.
Tanto es así, que encontramos elementos de acero galvanizado en barcos, muelles, bollas y estructuras metálicas de los puertos.
Conducción de agua y gas.
Esa alta resistencia a la corrosión tanto externa como interna hace que veamos con frecuencia este metal en las tuberías de conducción de agua y de gas que abastecen a los edificios.
Un capítulo aparte representa su uso en la agricultura. La mayor parte de los sistemas de riego de las tierras de cultivo y de los espacios de jardinería se realiza por medio de tuberías de acero galvanizado.
Es tan eficiente este material, que los agricultores y ganaderos lo emplean como estructura para levantar invernaderos y como elementos fijos en establos y graneros.
Las cajas de los generadores y equipos electrógenos presentes en muchas instalaciones agropecuarias están fabricadas con acero galvanizado. Estos generadores son necesarios para proveer de electricidad zonas que el cableado eléctrico no cubre. En ocasiones, los generadores están instalados al aire libre o son móviles. Como las bombas de agua que ponen en marcha los sistemas de riego.
Es tal la efectividad del acero galvanizado que hasta la podemos encontrar en las infraestructuras energéticas y de telecomunicaciones. Como postes de cables o en las subestaciones eléctricas.
Ferretería.
Clavos, tornillos, tuercas, arandelas, etc. son fabricados con acero galvanizado. La razón de ello es sencilla. Estos elementos fijan o aseguran otras partes, por lo que se debe evitar que se oxiden para que no transmitan el óxido a los materiales en los que están insertados.
Muchas de las herramientas que utilizamos en el taller o que tenemos guardadas en la caja de herramientas de nuestra casa están fabricadas en acero galvanizado. Un ejemplo de ello son las llaves inglesas. Estas llaves tienen una ruedecilla que permite ajustar el ancho de la herramienta a la tuerca que queremos apretar. Si la rueda se oxidara, la herramienta se quedaría inservible.
La mayor parte de las herramientas que se utilizan en jardinería están fabricadas en acero galvanizado: azadas, tijeras para podar, rastrillos, paletas. Estas herramientas trabajan en tierra húmeda y pueden estar bastante tiempo a la intemperie. Se necesita, por tanto, fabricarlas en un material duradero y resistente a la corrosión para que tengan una vida útil lo más larga posible.
Otras herramientas de uso frecuente como alicates, tenazas o destornilladores también se fabrican con acero galvanizado.
La presencia del acero galvanizado en nuestro día a día es apabullante.