El alcohol, una sustancia de gran impacto sobre la salud de las personas

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El consumo de bebidas alcohólicas está extendido en muchos países del mundo, afectando a personas de un amplio espectro de razas, culturas, edades, perfiles económicos, sociales… Su consumo es un hábito ampliamente socializado e instaurado, que se asocia con muchos aspectos de nuestra vida social y cultural, ya que es habitual encontrarlo en reuniones sociales, celebraciones familiares, festivas, etc. Pero que esté presente en numerosas celebraciones y fiestas de todo tipo, no lo exime de peligrosidad. Por eso, empresas de celebraciones como Hot despedidas, incitan a pasarlo en grande y a celebrar por todo lo alto, cuidando nuestra salud y nuestra integridad física. Porque pasarlo bien no está reñido con cuidarnos ni salir de fiesta a celebrar con nuestros amigos y nuestros familiares significa ser abstemios y no probar ni gota de alcohol. Pero sí hay que ser conscientes de los peligros que conlleva el uso continuado y excesivo de alcohol, tal y como detallaremos a continuación.

Las principales causas que influyen en el consumo de alcohol pueden ser:

  • La personalidad del individuo.
  • El contexto social y familiar de la persona. Los hijos de padre o madre alcohólicos tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas con el alcohol.
  • El ambiente social y cultural en el que se desenvuelve.
  • La presencia cotidiana del alcohol en las relaciones interpersonales.
  • La accesibilidad y permisibilidad que normaliza su consumo, lo que hace que incluso se deje de percibir como una adicción.
  • La publicidad, ya que generalmente nos ofrece una imagen equivocada en la que se asocia el consumo de alcohol a la alegría, bienestar o felicidad.
  • Una mala situación laboral.
  • Las personas que utilizan el alcohol para aliviar su malestar psicológico o superar sus problemas personales.
  • La edad de inicio. Cuanto antes se empiece a beber, más riesgo existe de desarrollar dependencia en la edad adulta.

A menudo se concibe el consumo de alcohol con una actividad placentera, con efectos a corto plazo que son valorados por el individuo como positivos por los efectos que le produce como alegría, euforia, relajación, desinhibición… El alcohol afecta a los hábitos de humor porque nos sentimos contentos, pero es una sustancia depresora del sistema nervioso central que tiene un efecto sobre el cerebro que hace variar algunas de sus funciones, los procesos de pensamiento y juicio se alteran, la coordinación, la atención, la memoria…

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el consumo de alcohol es perjudicial cuando provoca un daño físico o mental, pues trae consecuencias negativas para la salud por sus propiedades tóxicas y la dependencia que produce, afectando no solo a las personas adictas, sino que también afecta a la familia, a las relaciones sociales y laborales.

No existe un consumo seguro de alcohol por debajo del cual no haya riesgos, su ingesta siempre supone un riesgo para la salud. Sin embargo, algunas personas no deberían consumir ninguna cantidad de alcohol, dentro de éstas se encuentran los siguientes grupos:

  • Las personas menores de 21 años.
  • Las mujeres embarazadas o que podrían estar embarazadas.
  • Las personas que toman algún tipo de medicamento que puede causar reacciones adversas si se mezcla con alcohol.
  • Las personas que deban conducir o participar en actividades lúdicas o laborales que requieran destreza, coordinación o estar alerta.
  • Las personas que sufran afecciones que puedan empeorar si se consume alcohol.
  • Las personas que están en proceso de desintoxicación alcohólica.

Dependiendo de la cantidad de alcohol ingerida y el tiempo, la persona experimenta las siguientes fases:

  • La primera fase es la intoxicación alcohólica aguda, también denominada borrachera, la cual provoca efectos agudos sobre el sistema nervioso central con conductas impulsivas.
  • Si se continúa bebiendo se produce un grado de intoxicación más elevado, con alteración del equilibrio, alteración de la coordinación, pérdida de calor…
  • En fases más avanzadas se produce una alteración del nivel de conciencia, que se traduce en confusión, somnolencia, aletargamiento, vómitos…
  • A largo plazo y con un consumo excesivo y crónico de alcohol pueden aparecer enfermedades hepáticas, cardiovasculares, neuropsiquiátricas, ciertos tipos de cáncer, problemas digestivos, desnutrición, etc.

Tabaquismo

Otra de las grandes adicciones es el tabaquismo, un hábito que en el 80 % de los casos se inicia antes de los 20 años de edad. Esta enfermedad adictiva crónica es la primera causa aislada y evitable de enfermedad y muerte en los países desarrollados, estimándose que el consumo de tabaco es responsable del 90 por ciento de la mortalidad por cáncer de pulmón, del 95 por ciento de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, del 50 por ciento de la mortalidad cardiovascular y del 30 por ciento de las muertes que se producen por cualquier otro tipo de cáncer.

Desde el año 1988 la OMS cada 31 de mayo conmemora el Día Mundial Sin Tabaco.

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