El origen de las auditorías se remonta a principios del siglo XX, cuando se hizo evidente la necesidad de contar con expertos especializados en la revisión de los estados financieros de las empresas. Es importante hacer auditorías contables cada cierto tiempo porque toda empresa debe registrar sus operaciones financieras, para cumplir con las normativas establecidas en las leyes que rigen el funcionamiento mercantil de las empresas. Es importante conocer la contabilidad de la empresa para tener una visión clara de la situación financiera. La contabilidad es el registro y control de todas las entradas y salidas de dinero que ha realizado la organización.
Para hacer esas revisiones y los correspondientes análisis contables se necesita auditores que desarrollen trabajos muy precisos y apegados a la ley. Es importante que los auditores sean imparciales, lo que significa que deben actuar de manera objetiva para ayudar a sus clientes a mejorar y crecer en sus negocios. Al analizar las operaciones financieras, pueden conocer los movimientos económicos de la empresa, el balance general y el estado de flujo de efectivo.
Las auditorías contables y financieras, pueden garantizar la transparencia y la fiabilidad en la información financiera de las distintas organizaciones. Los auditores deben actuar de manera objetiva y se encargan de evaluar los registros contables y financieros. Son imparciales y ofrecen confianza a los usuarios de la información financiera, como inversionistas, acreedores y el público en general. También proporcionan una opinión independiente sobre la confiabilidad de los estados financieros de una empresa.
Una auditoría obligatoria es un proceso de revisión exhaustiva de los registros contables y financieros, que se requiere por ley o reglamento para ciertas entidades. Los auditores comprueban en esta revisión que las entidades cumplen con las normas y regulaciones aplicables. Las auditorías son importantes porque contribuyen a fortalecer la confianza en los mercados financieros y la posición de la empresa en el mercado. La auditoría puede verificar los datos financieros, pero también identifica las oportunidades de mejora y protege los intereses de los diferentes grupos.
Los expertos en auditoría comprueban que la empresa mantenga una buena estabilidad, independientemente de su volumen de actividades comerciales. Hay regulaciones legales que exigen a las entidades la presentación anual de informes financieros auditados. Son obligatorias para ciertas corporaciones que cumplen con los siguientes criterios:
-Emplear a más de 50 personas durante un año completo.
– Tener un volumen financiero superior a 5 millones de euros.
-Si la entidad posee activos por un total de más de 2,8 millones de euros.
Desde Diario de Avisos explican que «es conveniente reseñar que la condición de obligatoriedad no es algo permanente, ya que solamente es necesario dejar de reunir durante dos ejercicios consecutivos dos de las circunstancias anteriormente descritas. Pero queda muy claro que, siempre que exista la obligatoriedad, debemos garantizar que los resultados que presentemos se ajusten correctamente a lo que ha ocurrido en las finanzas de la empresa durante el último periodo».
Los especialistas en auditoría y consultoría a entidades públicas y privadas de la empresa Crowe LLP nos explican que es obligatoria una auditoría independiente cuando las grandes empresas privadas suelen tener un alto volumen de transacciones financieras y una gran cantidad de activos y pasivos.
Para asegurar la integridad y la precisión de sus estados financieros, se requiere una auditoría, ya que proporciona una revisión imparcial de los registros financieros de la empresa, y ayuda a identificar posibles errores o irregularidades. Las organizaciones sin ánimo de lucro deben rendir cuentas sobre el uso de los fondos públicos que reciben y también están sujetas a la obligación de realizar una auditoría. Las auditorías pueden ayudar a estas organizaciones a mejorar su gestión financiera y garantizar que los fondos se utilicen de manera adecuada.
Las organizaciones deben cumplir los requisitos legales y demostrar transparencia ante sus donantes. Una auditoría es obligatoria cuando una empresa cotiza en bolsa. Estas empresas deben informar periódicamente sobre sus estados financieros a los organismos reguladores. En España, las empresas que cotizan en bolsa deben informar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre su situación financiera.
Los auditores analizan cuentas anuales, pero también informes financieros, emisiones de valores y salidas a bolsa. Los auditores se encargan de realizar informes de auditoría anuales ajustados a la ley y ayudan a determinar que se hace bien y que no. Los informes presentan resultados precisos y objetivos, y cuando una empresa presenta a sus socios esos informes auditados regularmente se crea un ambiente de confianza que ayuda a atraer más inversores. Esto demuestra que todo se hace de la manera más transparente posible, y al tener una visión objetiva del negocio se pueden tomar decisiones más acertadas.