Las lágrimas: Qué son, para qué sirven y problemas

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Todos sabemos qué son las lágrimas. Muchas veces se llora de pena, por una pérdida, de risa (lo mejor que puede pasar) o simplemente porque llega en ese momento. Las lágrimas son, según Wikipedia, un líquido producido por el proceso corporal de la lagrimación para limpiar y lubricar el ojo. Intervienen fundamentalmente en la óptica ocular y en el funcionamiento del globo ocular y de sus estructuras. Hoy, vamos a hacer un análisis más estrecho para saber para qué sirven y los problemas que pueden acarrear.

Dónde se producen

Las lágrimas se producen, principalmente, en la glándula lagrimal, situada en la zona superior externa de la órbita. Su función es  la de mantener húmeda la superficie ocular, protegiéndola de la desecación mientras los párpados están abiertos. Además tiene otras funciones como: nutrir a la cornea, proteger de infecciones, atrapar y enjuagar cuerpos extraños con el parpadeo e intervenir en la visión.

Por dónde salen

Las lágrimas se eliminan hacia la fosa nasal a través de las llamadas vías lagrimales. Estas empiezan en el punto lagrimal. Existe uno inferior y otro superior en el ángulo interno de cada párpado y continúa con los canalículos superior e inferior, que son una especie de pequeñas tuberías que canalizan la lágrima hacia el saco lagrimal. En muchas ocasiones, estos dos canalículos confluyen en otro común antes de desembocar en el saco lagrimal, estructura que desempeña un papel muy importante en el correcto funcionamiento de la eliminación de la lágrima. Durante el parpadeo, el tendón del músculo orbicular exprime el saco lagrimal, ya que su inserción en la pared ósea de la órbita es mediante un doble tendón que rodea por delante y por detrás el saco y, al exprimirlo, actúa como una bomba de succión que aspira la lágrima que se va acumulando en la superficie ocular y la lleva hacia la fosa nasal a través del conducto lacrimonasal, que desemboca en la nariz.

Sin embargo, las lágrimas pueden acarrear problemas, tanto en los mayores como en los niños. Para ello nos ponemos en contacto con Estética Ocular que nos van a contar cómo solucionarnos

En los niños

Los síntomas pueden estar presentes en el nacimiento, aunque habitualmente se manifiestan a las 2-6 semanas, cuando madura la producción lagrimal. Los niños afectados presentan un exceso de lágrima entre el borde palpebral y la superficie ocular, lo denominado “ojo encharcado”. También epífora, que es un rebosamiento de la lágrima por las pestañas, los párpados y la mejilla, el reflujo de material mucoso por el punto lagrimal a la expresión del saco lagrimal, que además es el causante de que los párpados y las pestañas estén pegados al despertar. Incluso una dermatitis secundaria, debida al contacto constante con la lágrima. Las condiciones que aumentan la congestión nasal, como son las enfermedades respiratorias altas, pueden exacerbar la sintomatología. Asimismo, la exposición al aire, el viento, el frío o el sol.

El 90-95% de los casos se resuelven espontáneamente antes de los 12 meses de vida, por lo que inicialmente se aconseja: observación, masaje del saco lagrimal e higiene correcta y frecuente de la zona (para evitar posibles sobreinfecciones). La duración del tratamiento conservador y el momento más adecuado para realizar un sondaje de la vía lacrimonasal depende de varios factores, especialmente de la gravedad del caso, la aparición de complicaciones y del criterio de cada oftalmólogo.

En los mayores

Es frecuente encontrar pacientes que se quejan de lagrimeo durante años sin encontrar respuesta en los distintos profesionales a los que acuden. Las lágrimas son producidas la glándula lagrimal principal y por unas glándulas más pequeñas y múltiples que se encuentran localizadas en la conjuntiva (glándulas lagrimales accesorias). Estas glándulas se encargan de mantener el nivel basal de lágrima que lubrica constantemente la superficie ocular. En este caso, el tratamiento del ojo seco consiste en reemplazar las lágrimas con lubricantes artificiales por un lado, tratar la inflamación conjuntival en caso de estar presente, y en ocluir los puntos lagrimales para que la poca lágrima que se produce no sea evacuada por el sistema de drenaje natural: la vía lagrimal.

El sistema de drenaje de la lágrima tiene su inicio en los puntos lagrimales los cuales se continúan con una serie de conductos (canalículos, saco lagrimal y conducto lacrimonasal ) y desembocan en la nariz. En cualquier punto de todo este trayecto la vía puede sufrir una obstrucción. Las causas son múltiples: traumatismos, inflamaciones, tumores, farmacológicas, edad… Esta obstrucción provoca que las lágrimas se acumulen en la superficie del ojo y se desborden, cayendo hacia la mejilla.

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