El inglés es ese idioma que todos conocen de inmediato nada más nombrarlo, pero que a la mayoría nos produce un rechazo en el momento en el que pensamos que hay que volver a estudiarlo.
Y es que, seamos sinceros: ¿cuántos de nosotros suspirábamos en el colegio cuando tocaba inglés? ¡A mí me pasaba más veces de la que me avergüenza reconocer!
Pero es un idioma que lleva años pegando muy fuerte en nuestro país y que se hace cada vez más necesario conocer y poder hablar.
El inglés, el idioma del futuro
¿Sabes que es el idioma más hablado del mundo? Solo eso ha de darte una idea de lo importantísimo que es saber inglés. Y es que, vayas donde vayas, vas a poder comunicarte con alguien en ese idioma.
Este año he vivido en Santiago unos 8 meses. ¿Sabes que allí, si sabes inglés, puedes hablar prácticamente en cualquier comercio? El turismo atrae a miles de personas a todas partes del mundo, y conocer un idioma como el inglés nos ayuda a universalizarnos y a poder comunicarnos entre nosotros sin ningún problema.
Esto sin contar, además, con que hoy en día casi todas las personas exigen inglés. Es más, saber este idioma aumenta las posibilidades de encontrar trabajo, lo que le da un plus extra a la idea de aprenderlo, ¿no es cierto? Sobre todo con lo difícil que es hoy que te contraten en algún sitio.
A mí misma, por ejemplo, me preguntaron mil veces en Santiago si sabía inglés. Y todos los trabajos que obtuve de camarera fue, precisamente, porque decía que SÍ sabía hablar inglés, a pesar de que yo pensase que no sabía tanto.
Así pues, solo por esas dos ideas, se entiende por qué es el idioma del futuro.
El mito de que a los españoles nos cuesta el inglés
Según este estudio, España es el país con menos nivel de inglés de la Unión Europea. De hecho, como puedes leer, al menos el 44% de los españoles reconoce que su nivel de inglés es malo.
Sin embargo, ¿cuánto de esto es cierto y cuánto tiene que ver con la imagen que tenemos de nosotros mismos?
Yo misma había pensado hasta hace muy poco tiempo que tenía un nivel pésimo de inglés, y me temblaban las piernas como una gelatina cuando tenía que decir, en cualquier entrevista de trabajo, que sí sabía hablar inglés. Porque, subconscientemente —y no tan subconscientemente—, pensaba que estaba mintiendo puesto que, sin duda, ¡yo no sabía hablar inglés ni lo entendía!
Sin embargo, no tardé demasiado en echar por tierra todo lo que yo pensaba de mí misma en cuanto me aceptaron en el primer bar de Santiago y tuve que enfrentarme a los primeros extranjeros: cuando comenzamos a conversar y empecé a apuntar la comanda de lo que deseaban comer, me di cuenta, sorprendida, de que el inglés fluía solo desde mi interior.
¡Cosas que yo no recordaba que había estudiado en el colegio y en el instituto pero estaban ahí, en mi interior! Cosas que ni siquiera sabía que sabía… ¿Cómo era posible que estuviese hablando ingles si yo sabía perfectamente que no podía?
Esto le pasa a la mayoría de los españoles que piensan que no comprenden ni saben inglés, y el porqué es MUY simple: desde que tenemos cuatro, cinco añitos, ya están avasallándonos con el inglés. Desde el jardín de infancia ya empiezan a meternos colores, números y pequeño vocabulario que, poco a poco, se va asentando en nuestro interior, aunque seamos demasiado pequeños para darnos cuenta.
El motivo de esto es muy simple: es lo que, en biología, se conoce como plasticidad cerebral. Desde que nacemos, desde el minuto uno en el que nuestro entra en contacto con el mundo que nos rodea, nuestro cerebro está listo y preparado para asimilar información, para aprender. ¡Las conexiones neuronales empiezan a formarse y a funcionar a la perfección!
El hermano pequeño de una amiga, de hecho, tenía un padre plurilingüe. Y, desde que nació, estuvieron hablándole tanto castellano como alemán. Esto ha hecho que ahora, con trece años, sea capaz de mantener pequeñas conversaciones en alemán y se defienda medianamente bien en el idioma. ¡Y todo porque se le estimuló con ello durante la más tierna infancia!
Cuantos más estímulos tenga el bebé a su alrededor —música, tacto, ¡y sí!, idiomas— más conocimientos serán asimilados por su cerebro y más cosas podrá aprender.
De hecho, mantener un entorno estresante, ruidoso y angustioso para el bebé se considera un factor negativo muy importante para su desarrollo, y puede llegar a afectarle a medida que va entrando en la infancia y adolescencia. Por ello, lo mejor es mantener un ambiente saludable y llenarlo de estímulos positivos para que, conforme vaya creciendo, vaya asimilando mayor número de conocimientos.
Métodos para aprender el idioma divirtiéndonos
Debido a que todo lo que tenga que ver con estudiar nos supone, en el acto, un esfuerzo y una responsabilidad que nos desanima a todos, te proponemos una serie de actividades y estímulos que harán que tus hijos —¡y tú mismo! —puedas aprender este idioma tan necesario sin tener que amargarte o sentirte obligado por ello.
- Ve tus series y películas favoritas en inglés con subtítulos en español. Esto va a conseguir que, mientras ves algo que te encanta, tu cerebro asimile los sonidos y la pronunciación con el significado, ¡que es lo que más importa! A medida que te diviertes con algo que te gusta, ¡estarás aprendiendo a escuchar y aprenderás vocabulario y a pronunciarlo correctamente!
- Lee y escucha tus libros favoritos en inglés. Como he comentado antes, hacer tus cosas favoritas en inglés te ayudará a no aburrirte mientras aprendes el idioma, ¡porque haces algo que te gusta! Por lo tanto, leer tu libro favorito en inglés te ayudará a aprender vocabulario y, al mismo tiempo, comprensión.
- Juegos interactivos en inglés. Internet está llenísimo de páginas que han creado juegos interactivos para que aprendas vocabulario, gramática, comprensión, ¡y todo lo necesario del idioma! Estudiar es aburrido, pero ¿y si aprendes mientras juegas? La cosa cambia, ¿verdad?
- Bares de intercambio de idiomas. No existe en todas las ciudades, pero cada vez son más los bares donde los turistas se reúnen para conversar en otros idiomas para aprender. Es decir, que puedes ir a tomarte algo y conversar con un nativo inglés, y luego hablar con él en español para que también aprenda. Así, a la vez que conoces a una persona y aprendes de su cultura, ¡también aprender sobre el idioma!
- ¡Viaja! Esto estarás harto de escucharlo, pero ¿sabes que como mejor se aprende un idioma es yéndote un tiempo a una ciudad donde se hable ese idioma? Es decir, que si quieres aprender inglés, lo mejor que puedes hacer es irte unos meses a alguna ciudad de Inglaterra para aprenderlo de primera mano. Así, no solo aprenderás el idioma, ¡sino sobre sus costumbres y su cultura! Y, además, conocerás a gente nueva, que nunca viene mal.
- Aplicaciones y páginas para aprender inglés. Hay muchas, desde páginas que te explican la gramática y el vocabulario hasta aplicaciones interactivas que te enseñan mediante juegos divertidos. Lo más importante es que recuerdes que, mientras más divertida sea la forma que uses para aprender, más sencillo te resultará dominarlo.
- ¡Apúntate a una academia de inglés! Las aplicaciones pueden estar bien, pero es posible que nos acabemos desapegando. Los libros y las pelis pueden ser divertidas, pero, si contiene un vocabulario muy complicado, pueden desesperarnos. Lo mejor para aprender inglés siempre será mediante la ayuda de un verdadero profesional. Además, cuenta con el plus de que, si con el tiempo quieres sacarte el certificado del idioma, pueden prepararte específicamente para ello. Muchas de las academias, como One Language Academy, cuentan con filólogos y nativos ingleses, lo que nos garantiza una enseñanza plena y cualificada.
Consejo final: no le temas al inglés… teme no saber un idioma que, tal y como está el mundo, te abriría miles de puertas laborales y personales.