Todos los trabajos son importantes porque contribuyen a que se cumpla un determinado objetivo y a que se genere un beneficio. Además, el hecho de que existan las empresas hace posible que se generen puestos de trabajo, lo cual es muy necesario para que la economía discurra por los canales y dos caminos que queremos. Ni que decir tiene que estamos hablando de una cuestión de la máxima importancia y que no puede haber nada ni nadie que nos convenza de que cada trabajo contribuya a que la sociedad en su conjunto sea una sociedad mejor, que se contribuya a que un país o una zona determinada del mismo tenga el desarrollo económico que se merece.
Eso sí: yo creo que hay trabajos que son elementales para entender la sociedad como la entendemos a día de hoy. Y uno de ellos creo que es al que me dedico. Soy una de las personas que se encuentra trabajando en el centro de vigilancia de la Dirección General de Tráfico. Como sabéis, somos una entidad que vela principalmente por la seguridad en las carreteras y vías urbanas por las que circulan vehículos, así que en nuestras manos se encuentran muchas vidas humanas. Por tanto, nos lo tenemos que tomar muy en serio porque la responsabilidad es máxima y no queremos que haya nada que pueda contribuir a que no hagamos nuestra actividad de la mejor manera.
A tal efecto, somos una de las direcciones que más dinero tiene que invertir a lo largo del año. Para nosotros, la tecnología es una herramienta fundamental porque nos puede ayudar, y de hecho nos ayuda, a que todos los planes que llevamos a cabo se realicen de la mejor manera posible, con la máxima de las eficacias y eficiencias. Esto tiene un valor muy grande, pero nos exige estar a la última en materia tecnológica, como seguro que ya os estabais imaginando. Esto hace que tengamos que acometer una serie de gastos bastante elevada todos los años. Y es que los radares, las señales de tráfico y otros elementos que velan por la seguridad vial no se pagan solos.
Hay gente que se queja mucho porque cree que todo nuestro presupuesto sale de las multas y que tenemos un afán recaudatorio. Lo cierto es que no es así. En una noticia publicada en la página web de El País, en concreto en la sección de motor, se decía que la Dgt interpone 600 sanciones al día en España. No me parecen muchas para todas las que se cometen. Si consiguiéramos cubrir la mitad de las que se hacen, sí que se podría hablar de afán recaudatorio, pero es que no tenemos medios para llegar a eso ni los tendremos nunca, os lo puedo asegurar. Lo que decía esa noticia que se recauda cada año son 500 millones de euros en multas. Pero podría ser de 0 euros si todos y todas cumpliéramos con las medidas de seguridad que se establecen y que se señalizan en las calles y carreteras.
Volviendo al tema de la necesidad de inversión constante que tenemos, diré que el año pasado hacía falta que, además de gastar el dinero habitual en reponer señales e instalar nuevas o la sustitución de radares que hubieran dejado de funcionar, teníamos que modernizar las instalaciones en las que trabajamos y dotarlas de más y mejores sistemas tecnológicos. Era necesario un cambio en el centro de control porque habían pasado demasiados años desde la última reforma y la verdad es que, cuando supimos que había un proyecto para llevar esto a efecto, nos alegramos bastante porque lo esperábamos con ansia. Sentíamos que era algo que podía conseguir que trabajáramos todavía mejor.
En esa misión de modernizar el centro de control de la Dirección General de Tráfico, lo que se estableció en primer lugar era que resultaba necesario hacer un cambio en el mobiliario técnico. Después, que había que modernizar los data centers. Así, las redes de comunicación se fortalecerían, algo que nosotros necesitamos como el respirar en nuestro puesto de trabajo. Se quería cambiar el proveedor de este tipo de cambios con respecto al que había hecho el trabajo años antes, en la anterior modernización. La apuesta para esta ocasión fue Sig, una entidad especializada en este tipo de servicios y que ya cuenta con casi cuatro décadas de experiencia en la materia. Sabíamos que eso podía marcar la diferencia.
Y la verdad es que así fue. Pasaron algunos días hasta que los cambios quedaron establecidos y pronto no había la menor duda de que la decisión tomada era la correcta. Empezamos a notar, casi desde el primer día, que trabajábamos mejor, que éramos más eficaces y que con menos esfuerzo éramos capaces de hacer una mayor cantidad de tareas cada día. Eso, en un puesto de trabajo como el nuestro, en el que la responsabilidad es tan grande y en el que lo que está en juego es la vida de las personas, es algo elemental y que, como decía justo al final del párrafo anterior, puede marcar la diferencia.
La Dirección General de Tráfico tiene que seguir realizando inversiones año a año que vayan destinadas a la mejora de sus sistemas para que la seguridad vial sea una realidad en el interior de nuestras fronteras. Realmente, este es un trabajo que no debe dejar de realizarse en ningún país. No nos podemos permitir ir por detrás de lo necesario en un asunto de este calibre. La verdad es que es algo de primera necesidad y que todo el mundo debería valorar más de lo que se hace a día de hoy. Esta es una de las cosas que más pena me da de mi trabajo y espero que cambie más pronto que tarde.
Uno de los proyectos de referencia en mi trabajo en el pasado, el presente y el futuro
El de la renovación tecnológica y las instalaciones es un proyecto que es permanente dentro de mi entidad y la verdad es que no es un capricho que así sea, es una necesidad que podríamos catalogar como imperiosa. Creo que estamos empezando a ser una referencia a nivel europeo en lo que tiene que ver con la seguridad vial y eso, como seguramente podréis suponer, es algo que hay que conseguir con dinero, con inversión. De lo contrario, es totalmente imposible cumplir con el objetivo de garantizar una cierta seguridad vial en nuestras calles y en nuestras carreteras.
La Dirección General de Tráfico también destina parte de su presupuesto a otro tipo de cosas, como no podía ser de otra manera. Nosotros somos uno de los organismos estatales que más gasta en publicidad. De hecho, y según apunta una noticia que vio la luz en la página web del diario El Economista, la Dgt consume el 24’8% de la publicidad institucional. Pero es que esto tampoco es un capricho ni mucho menos. Es algo que resulta necesario y que, desde luego, tiene una incidencia en lo que respecta a la conciencia que la gente va teniendo al respecto de lo importante que es cuidar de la seguridad vial y tener una educación sobre este tema.
Precisamente todo lo que tiene que ver con la educación vial también supone uno de los grandes gastos que se deben afrontar cada año por parte de la entidad. Y es que se es plenamente consciente en su interior de lo importante que resulta que la gente sepa los riesgos que están asociados a la circulación y que se pongan en acción todas las medidas de seguridad para tratar de evitarlos. Esto también marca la diferencia y hace posible que todos y todas podamos sentirnos mejor cuando viajamos. Y es que, en caso de que no fuera así, tendríamos un problema que sería bastante difícil de resolver.
Tenemos que ir introduciendo mejoras a medida que pasan los años. Es nuestra obligación y por ello trabajamos durante toda nuestra jornada laboral. Hay que tener en cuenta que la seguridad vial es un trabajo en equipo, probablemente el trabajo en equipo más grande que puede existir sobre la faz de la Tierra. El peatón tiene que respetar todos los protocolos que se establecen para él a medida que va caminando por la calle y el conductor tiene que hacer lo propio con respecto a la normativa para vehículos. Y si ninguno de los dos fuera consciente de lo que debe hacer o de lo que se está jugando si decide infligir las normas, estamos perdidos.
Ojalá que los datos en relación al número de accidentes, heridos o fallecidos vaya mejorando año a año. La verdad es que vamos a mejor con el paso de los años, pero no podemos sentirnos felices sabiendo que sigue habiendo personas que pasan por una situación como esa cada día. El esfuerzo tiene que ser diario y tiene que ser efectivo, porque de lo contrario no vale para nada. Y la mejora de las instalaciones de las que hemos hablado es solo una de las cosas que ayudan a conseguirlo.