Asociamos el buceo al ocio y la diversión. Sumergirse en las profundidades del mar, observar la flora y fauna marina y disfrutar de todo lo que el mundo submarino ofrece a la vista. Sin embargo, el buceo tiene una versión menos divertida: el trabajo subacuático. Esta modalidad, se conoce como buceo industrial profesional y proporciona servicios especializados.
Este tipo de trabajo, proporciona unos servicios profesionales especializados que se realizan bajo el agua. El objeto de los mismos, es inspeccionar, mantener, reparar y construir estructuras marinas, embarcaciones, plataformas, puertos o piscinas aunque sea menos exuberante. Para la ejecución de estos trabajos, se necesita contar con buzos altamente cualificados que, además cuenten con los conocimientos técnicos necesarios en relativas disciplinas.
Mientras que el buceo de ocio cuenta con unas características y certificaciones, fácilmente obtenibles, el buceo para realizar trabajos subacuáticos, implica una finalidad profesional que permite sumergirse a más de trescientos metros bajo el agua, para poder realizar tareas de gran complejidad. Por lo tanto, podemos decir que los trabajos subacuáticos, abarcan una amplia gama de actividades técnicas y especializadas, las cuales se realizan bajo el agua. Estas actividades se desarrollan tanto en entornos industriales como científicos, áreas de construcción o tareas de rescate. La capacitación del personal es muy elevada y requieren de seguir de forma estricta las normas de seguridad.
De manera que podemos decir que se habla de buceo profesional cuando se alude a una actividad que consiste en la exploración, mantenimiento y reparación de las estructuras submarinas. Tanto en el caso de plataformas petrolíferas como de embarcaciones. Otra de sus ocupaciones puede ser la recuperación de objetos valiosos como tesoros o artefactos históricos. Se trata de una profesión poco conocida pero tan imprescindible como necesaria. Por lo que no está de más, hablar sobre este tipo de trabajos, tan apasionantes.
Buzos profesionales y a todo riesgo
Sin duda se trata de una profesión arriesgada. Los buzos profesionales, son personas altamente capacitadas y preparadas, experimentadas hasta el punto de pasar por rigurosos procesos de cualificación, con los que se adquieren las habilidades necesarias para poder llevar a cabo ciertas tareas de manera eficaz y segura. Deben cumplir con los requisitos legales y de seguridad que determinan las autoridades competentes, puesto que la seguridad es una de las mayores preocupaciones en el mundo del buceo profesional.
Este tipo de buzos, disponen de equipos especializados, como nos comentan en Aranda Mantenimiento, como profesionales de todo tipo de mantenimiento relacionado con el agua. Además, han de seguir con rigor las estrictas medidas de seguridad para minimizar los riesgos inherentes al buceo, como pueden ser la descompresión y la hipoxia.
El buceo profesional se lleva a cabo en una amplia variedad de entornos, desde aguas poco profundas hasta profundidades extremas. Siendo en aguas poco profundas, por lo general, más fácil y menos peligroso que cuando se realiza en aguas profundas. Las condiciones de las aguas poco profundas son más predecibles que las que tiene las aguas profundas, aunque es fundamental este tipo de buceo, para llevar a cabo tareas especiales. La reparación de tuberías submarinas es un claro ejemplo de ello.
Del mismo modo que un buzo profesional es útil en la investigación científica submarina, donde ayudan en las investigaciones, con el muestreo, la recopilación de datos y la instalación de equipos de monitoreo en el fondo marino. Esta labor es de gran importancia en la investigación oceanográfica y para la conservación de la vida marina.
Las personas interesadas en este campo, deben saber que los cursos de buceo profesional, son la manera de obtener la capacitación, habilidades y certificaciones necesarias para poder trabajar en el medio acuático. No basta con un curso de buceo, aunque es la base de inicio para adquirir las habilidades básicas. Una vez se dominan estás, hay que realizar cursos de buceo especializados que se centran en las áreas concretas de reparación y mantenimiento de equipos submarinos, inspección de estructuras submarinas, limpieza de cascos, recuperación de objetos, etc.
Estos cursos se completan con formación en gestión de riesgos, planificación y ejecución de operaciones de buceo, seguridad y comunicaciones submarinas. Durante la preparación, se aprende el uso de trajes secos, mascadas para soldar, equipos de corte y otros equipos profesionales, mientras que reciben la capacitación adecuada en manejo de emergencias y rescate. Por lo que los cursos de buceo cuentan con varios niveles para capacitar a aquellos que quieran dedicarse al trabajo subacuático.
Trabajos en presas y embalses
Vamos a centrar esta profesión en las operaciones que realizan en las presas y embalses, aunque como ya hemos comentado, los buzos profesionales realizan múltiples trabajos subacuáticos. Las operaciones que llevan a cabo en las instalaciones hidráulicas, tiene diferentes particularidades en comparación con los trabajos que se llevan a cabo en espacios como puertos o mar abierto, por lo que la planificación y los riesgos deben tenerse en cuenta, atendiendo a una serie de parámetros.
Este tipo de operaciones de buceo en presas y embalses, son trabajos particularmente diferentes, en comparación con otros proyectos similares, desarrollados en otros entornos. Esto es así debido a que se desarrollan en espacios cuyas características distan, en gran medida, de las que tienen otros lugares como los puertos, ríos o el mar abierto. Una infraestructura hidráulica, en la que se incluyen presas, embalses, balsas o similares, se define como aquella que se desarrolla bajo en ámbito de la ingeniería civil y, cuyo objetivo, reside en el aprovechamiento y gestión adecuada del agua como recurso vital.
Por tanto, los trabajos acuáticos que se desarrollan en estas infraestructuras, son con mucha probabilidad, los que mayor riesgo entrañan dentro de la industria del buceo profesional. Los factores a tener en cuenta son diversos y, entre ellos, destaca la elevada profundidad a la que se llevan a cabo las intervenciones. La ubicación remota en la que suelen encontrarse dichas instalaciones o la baja temperatura del agua son otros factores a tener en cuenta, relacionados directamente con la posibilidad de padecer una enfermedad descompresiva.
Los emplazamientos en los que se construyen las presas, suelen encontrarse alejados de los núcleos urbanos y la comunicación por carretera, al menos en la mayoría de los casos. Esto complica en gran medida las tareas de rescate y evacuación de los trabajadores en caso de que se produzca algún accidente.
Por otro lado, bucear en altitud, supone un cambio de presión atmosférica respecto al nivel del mar, algo que no se suele tener en cuenta, por lo que la planificación de las medidas necesarias para evitar la descompresión, debe adaptarse a la altura en la que se halle el embalse. Todo esto sin olvidar que muchas de las tareas a realizar, se llevan a cabo en espacios confinados, lo que supone un aumento notable del riesgo.
Otra de las características particulares de este entorno, a la hora de realizar trabajos subacuáticos, es la falta de visibilidad, lo que supone un aumento de los riesgos a los que se expone el buzo. Más el añadido de que es muy frecuente la presencia de sedimentos naturales como ramas, troncos o elementos ajenos a la presa, el riesgo de sufrir un enganche o atrapamiento, se convierte en peligro potencial. Lo que hay que tener muy en cuenta a la hora de bucear cerca del fondo.
Del mismo modo que conviene señalar que las presas son infraestructuras en las que existen unos enormes gradientes de presión de agua entre los diferentes elementos que la componen. Este factor puede propiciar la existencia de fuerzas de succión potentes, capaces de atrapar a un buzo de forma inevitable e irremediable, lo que supone la causa de que sufra lesiones graves o fatales.
En consecuencia, aquellos que se dedican a realizar trabajos subacuáticos, deben ofrecer un servicio profesional. Las operaciones y servicios profesionales de buceo, deben cumplir con los requisitos, las normas y directrices estipuladas, tanto a nivel nacional, como internacional. Así mismo deben disponer del equipamiento más moderno y el personal debe estar altamente cualificado, además de contar con la tecnología más avanzada y las técnicas de buceo adecuadas.
Este tipo de servicios se basa en un equipo humano que debe ser el principal activo de la empresa, por lo que seleccionar los buzos es una tarea que se lleva a cabo con mucha exigencia. Los profesionales deben estar en continua especialización y entrenamiento, dentro de los diferentes ámbitos del buceo: mantenimiento y reparación de buques, construcción y obra civil, corte y soldadura, buceo a gran profundidad, buceo a saturaciones, obras hidráulicas, etc. Por lo que la formación debe ser constante para poder adaptarse a cada situación.
Esta profesión es, sin lugar a dudas, tan apasionante como arriesgada. Poco importa en qué medio acuático se desenvuelva el buzo. Salvo en el caso de piscinas o ríos que parecen más seguros y controlables, lo cierto es que todo lo relacionado con el agua, entraña demasiado riesgo. Los profesionales que se dedican a estas labores, pasan por lo general desapercibidos, razón por la que se les debería dar visibilidad, puesto que ponen en juego su vida, para que otros disfrutemos del agua cuando esta, no es dañina y se encuentra en entornos seguros.